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Piazza Indipendenza y sus historias
Una gran plaza cerca de la estación de Santa Maria Novella y
los bulevares. La rica vegetación, compuesta por tilos y encinas, se ha
enriquecido recientemente con cerezos y 500 rosas blancas iceberg en los
parterres.
Formaba parte de una enorme zona de huertas y prados que
hasta la segunda mitad del siglo XIX se extendía a lo largo del segundo círculo
de las murallas, llamado Muros de Arnolfo (porque fue diseñado en 1282 por
Arnolfo di Cambio) y en frente a la gran Fortezza da Basso, construida entre
1534 y 1537. Se llamaba "di Barbano", del nombre del marqués
Barbolani da Montauto, propietario de la mayor parte del terreno.
En 1838,
Leopoldo II de Habsburgo-Lorena, entonces reinante, decidió urbanizar la zona y
utilizarla para la construcción de 53 viviendas para 318 familias pobres. Las
familias entonces eran muy numerosas, por lo que la operación habría implicado
a millares de personas. La urbanización se llevó a cabo en 1844-45, incluyendo el área de la
plaza que fue bautizada como Piazza Maria Antonia (el nombre de la esposa del
Gran Duque), aunque quedó un espacio en tierra y grava, cerrado por rejas. La
tierra, dividida en lotes, fue comprada íntegramente por comerciantes,
burgueses ricos y aristócratas, y ya no se hablaba de casas para los pobres. Un ejemplo de corrupción política que no será el último.
En la plaza, el 27 de abril de 1859, se inició una
manifestación pacífica que provocó la caída del Gran Duque Leopoldo II de
Habsburgo-Lorena y determinó luego la anexión de Toscana al futuro Reino de
Italia. Unas 15.000 personas, reunidas por las distintas fuerzas democráticas y
moderadas que exigían que la Toscana se aliara con Piamonte y Francia en la inminente guerra contra
Austria, desde aquí marcharon por la ciudad hasta Piazza Signoria. La familia
Habsburg Lorraine, austriaca y vinculada a Viena por tratados, no pudo aceptar.
El Gran Duque se dio cuenta de que la clase dominante, incluida la mayoría de
la aristocracia, y los oficiales del ejército estaban del lado de los
piamonteses y prefirió marcharse esa misma noche.
Ciertamente hubo un fervor nacionalista y anti-austriaco
generalizado en la burguesía italiana, pero se dicen muchas cosas sobre esta
extraña "revolución pacífica". Que los oficiales habían sido
corrompidos por los piamonteses y
que agentes se habían infiltrado
durante meses para organizar la manifestación, que los "moderados"
(alta burguesía y aristocracia) temían ser anulados por los
"demócratas" que hacían peticiones muy radicales y por eso que hacía mucho habían acordato un traspaso de poderes "rápido y silencioso". De
hecho, durante meses habían negociado con la Sociedad Nacional, organización
piamontesa que se ocupaba de la propaganda y contactos para apoyar la
unificación de Italia gestionada por Piamonte y el rey Vittorio Emanuele II y
evitar que pasara gracias a los "demócratas", liderados en Florencia
por un exaltado panadero, el famoso Giuseppe Dolfi. La suerte los ayudó porque,
poco después, los austríacos fueron derrotados por los franceses y piamonteses
en la sangrienta batalla de Solferino, el 24 de junio de 1859. Estos "moderados"
fueron, en consecuencia, todos recompensados ampliamente con altos cargos en
el Reino de Italia: diputados, senadores , ministros y primeros ministros.
En la plaza también hay dos monumentos de bronce enfrentados,
que representan a dos de los aristócratas "revolucionarios" más
importantes de 1859: Ubaldino Peruzzi y Bettino Ricasoli, viejos conocidos e
incluso parientes. No se sabe si se querían, pero ahora se ven obligados a
mirarse a los ojos por la eternidad.
Aún
en los años ‘60 y ‘70, en la época de las grandes manifestaciones sindicales y
estudiantiles, la zona fue utilizada como punto de encuentro de
marchas mucho más numerosas, violentas y revolucionarias que la del 27 de abril
de 1859. ¡Definitivamente una plaza dedicada a la independencia!